No hay ningún muro que no pueda ser derribado por la Fortuna [la acción del karma] (nullus autem contra fortunam inexpugnabilis murus est); fortifiquémonos, por tanto, interiormente (intus instruamur). Si el interior es seguro (si illa pars tuta est), el hombre puede ser atacado (pulsari homo potest), pero capturado no (capi non potest).
¿Quieres saber cuál es esta fortificación interior? (quid sit hoc instrumentum, scire desideras?) No indignarse por nada de lo que le suceda a uno (nihil indignetur sibi accidere), y saber que esas mismas cosas que parecen hacer daño (sciatque illa ipsa quibus laedi videtur) tienen que ver en realidad con la preservación del mundo (ad conservationem universi pertinere), y son parte de aquello (et ex iis esse) que lleva a término el curso y la función del universo (quae cursum mundi officiumque cosummant). Que contente al hombre (placeat homini), lo que ha contentado a Dios (quidquid deo placuit).
(Séneca, 'Cartas a Lucilio', LXXIV)