El que se ha vuelto más malo irá a juntarse con las almas más malas, mientras que el que se ha vuelto mejor se juntará con las mejores almas. En una palabra, tanto durante el curso de su vida como en sus muertes sucesivas, uno experimenta o hace experimentar la acción natural de lo semejante sobre lo semejante. De este juicio de los dioses, ni tú ni ninguna otra víctima del infortunio podrá presumir jamás de haber escapado. Aquellos que lo han establecido lo han establecido por encima de todos los demás juicios, y debería ser reverenciado con absoluto rigor. Porque aunque fueras lo bastante pequeño como para hundirte en las profundidades de la tierra, o tan alto como para escapar volando hacia el cielo, de este juicio no te podrás sustraer jamás, ni aunque hubieses pasado al infierno, o a algún otro lugar todavía más inaccesible. ¿Cómo puedes tú, hombre temerario entre todos, dudar de la necesidad de conocer esta ley de retribución? Siendo así que, si se la ignora, no es posible ni distinguir un modelo claro a seguir, ni tener una comprensión articulada de la manera de orientar uno su vida hacia una suerte o feliz o desgraciada.
(Platón, 'Las leyes', libro X)