Sócrates : En verdad, Simmias y Cebes, si no creyera que en el otro mundo me he de encontrar con otros dioses, sabios y buenos, y también con otros hombres, que murieron antes, mejores que los que dejo aquí, entonces sí debería sentir pesar ante la idea de mi muerte. Ya sabéis de la esperanza que tengo de juntarme allí con hombres buenos, pero esta esperanza, aunque existe, no la voy a defender hasta el final. En cambio, y también lo sabéis, si hay una esperanza que defenderé contra todo y contra todos, es la de encontrarme allí con dioses que son maestros perfectamente buenos. Y por esto no siento ningún pesar, como lo sentiría si fuera de otra manera. Porque tengo buena esperanza de que que para los muertos todavía queda algo, y algo - tal como, por otra parte, se dice desde hace mucho tiempo - mucho mejor para los buenos que para los malos.