Simmias : Aunque no tenía ganas precisamente de reírme, ahora, Sócrates, has conseguido hacerme reír. Pienso, en efecto, que si la gente común te oyera, la mayoría pensaría que la tuya es una buena manera de hablar sobre los que se dedican a filosofar. Estarían de acuerdo, sin ninguna sombra de duda, en que los que filosofan reclaman la muerte, y añadirían, por su parte, que son plenamente conscientes de que esta es exactamente la clase de suerte que los filósofos merecen. Sócrates : Y dirían la verdad, Simmias, excepto en este punto: cuando dicen que son plenamente conscientes. Porque, en qué sentido reclaman la muerte aquellos que son verdaderamente filósofos, en qué sentido merecen la muerte, y qué muerte, de esto no son de ningún modo conscientes. En consecuencia, hablemos entre nosotros, y dejemos de lado a toda esa gente.