Si no te vuelves feo, no te abandonaré
Tu quoque si vis
Lumine claro
Cernere verum,
Tramite recto
Carpere callem,
Gaudia pelle,
Pelle timorem
Spemque fugato
Nec dolor adsit.
Nubila mens est
Vinctaque frenis,
Haec ubi regnant.
Si también tú quieres / Con vista clara / Ver la verdad / Correctamente / Coge el camino: / Aleja el placer / Aleja el temor / Aleja expectativas / Para que no haya dolor. / La mente queda oscurecida / Y retenida por frenos / Cuando estos reinan. - (Boecio, Consolación de la Filosofía I, 7)
Platón, primera lectura rápida
- Eutifrón
- Apología de Sócrates ***
- Critón **
- Hippias Mayor
- Hippias Menor
- Alcibíades ***
- Cármides
- Lisis ***
- Laques *
- Eutidemo
- Gorgias ***
- El Banquete (Symposium) ***
- Fedro ***
- Fedón ***
- Parménides ?!
- Teeteto ***
Sine deo nemo bonus
(Séneca, Cartas a Lucilio, XLI)
Dos dilemas clásicos
Pero, ¿no es perfectamente posible que alguien pueda, no quiera, y sea bueno al mismo tiempo? Después de todo, que nosotros pensemos que alguien no es bueno solo porque esa persona no hace lo que *nosotros* queremos, o lo que *nosotros* pensamos que es lo correcto, no es razón suficiente. Por ejemplo, un niño puede pensar que su padre es malo solo porque no cumple todos sus caprichos, pero esto no significa que su padre sea malo en realidad.
Objeción: ¿Qué buen padre permitiría a su hijo sufrir pudiéndolo evitar? Respuesta: Uno que quisiera permitir que sus hijos experimentaran las consecuencias de sus propias acciones.
Otro dilema clásico es:
Si quidem Deus est, unde mala?Si un Dios existe, ¿de dónde viene el mal?
Bona vero unde, si non est?
Pero, ¿de dónde viene el bien, si no existe?
Medicinae tempus
"Es hora de medicina más que de lamentos", dijo [la Dama Filosofía] (sed medicinae, inquit, tempus est quam querelae) (...) "¿No me reconoces? ¿Por qué no dices nada? (agnoscisne me? quid taces?) ¿Es por vergüenza que callas, o por aturdimiento? (pudore an stupore siluisti?) Preferiría que fuera por vergüenza, pero veo que es aturdimiento lo que te aflige (mallem pudore, sed te, ut video, stupor oppressit)". Y viendo que yo seguía, no solo callado, sino completamente mudo y privado de palabra (cumque me non modo tacitum sed elinguem prorsus mutumque vidisset), movió su mano suavemente a mi pecho (ammovit pectori meo leniter manum et), y dijo: "No está en serio peligro, solo sufre de letargia (nihil, inquit, pericli est, lethargum patitur), la dolencia común de las mentes engañadas (communem illusarum mentium morbum). Se ha olvidado por un momento de su verdadero ser (sui paulisper oblitus est). En cuanto me reconozca, se recuperará fácilmente (recordabitur facile, si quidem nos ante cognoverit). Y para que pueda hacerlo (quod ut possit), limpiemos ahora un poco sus ojos, velados como están por la nube de las cosas mortales (paulisper lumina eius mortalium rerum nube caligantia tergamus)". Diciendo esto, y con su vestido recogido en un pliegue, secó mis ojos, que estaban bañados en lágrimas (haec dixit oculosque meos fletibus undantes, contracta in rugam veste, siccavit). - (Boecio, Consolación de la Filosofía I, 2)