Sócrates : Yo decía que el amor (Eros) era un gran dios y que formaba parte de lo que es hermoso. Y ella me refutaba empleando precisamente los mismos argumentos que acabo de utilizar con Agatón, a saber, que el amor no es hermoso ni bueno, como acabo de decir. Entonces contesté: ¿Qué dices, Diotima? Si esto es así, el amor es feo y malo.
Diotima : Sin blasfemar. ¿O crees tú que lo que no es hermoso ha de ser necesariamente feo? - Sócrates : Ciertamente. - Diotima : ¿Crees también que el que no es un experto es un estúpido? ¿No tienes la sensación de que entre el conocimiento y la ignorancia hay un intermedio? - Sócrates : ¿Cuál? - Diotima : Tener una opinión correcta sin que se pueda dar razón de ella. ¿No sabes, continuó, que en una opinión correcta no hay saber -- porque si no se puede dar razón de una cosa no se puede tener un conocimiento seguro de ella -- ni hay ignorancia -- porque lo que ha llegado a la realidad no puede ser ignorancia? La opinión correcta es una cosa de esta clase, alguna cosa intermedia entre el saber y la ignorancia. - Sócrates : Dices la verdad, respondí.
Diotima : Entonces no fuerces a ser feo lo que no es hermoso, ni tampoco a ser malo lo que no es bueno. Con el amor es lo mismo. Puesto que estás de acuerdo, dijo, en que no es ni bueno ni hermoso, debes considerar igualmente, no que es feo y malo, sino que es algo intermedio entre los dos.